Salí corriendo. Sí, lo hice, corrí. Solo quería alejarme de todo, de todos. No podía soportar el recuerdo de su rostro posado en cada persona a quién observaba. No podía más entonces me fui. Como suelo hacer, huir. Es que nunca aprendo, quizás. Siempre opto por huir en vez de enfrentar los demonios que me asechan… Y es que nunca todo está bien. .. Pero veo como ya nadie lee en mi mirada mi desesperación y como mi sonrisa triste se va alejando, por un camino que tengo que recorrer sola.
La lluvia comenzó a caer, al principio lentamente, solo gotas que sirven para mojar un poco la ropa, luego, lo suficiente como para que mis lágrimas no se notaran. .. Qué lindo es caminar bajo la lluvia, escuchando esa canción que tanto te llega al corazón. Lástima que las lágrimas sean por tristeza. Una tristeza que sabes muy bien que no vale la pena y aun así, no te negas a sufrirla. Porque sé muy bien que el dolor es opcional, quizás por eso me considero masoquista, porque siempre quiero huir del dolor pero en realidad nunca corro demasiado lejos.