Creí que no buscaba nada raro, creí que era lo obvio y lo necesario lo que pedía, pedía amor, pedía cariño alguien que me diga te quiero de vez en cuando, que me cele, que sea celoso que me mimara. Siempre creí que era lo que todos buscábamos, porque el amor es una de las pocas cosas que llenan, a la persona y al alma. Cuando vi que tardo en llegar, creí que tendría que esperar, y conocí personas que me prometieron la vida, que me prometieron el mundo, que dijeron las cosas más hermosas, y prometieron cosas que jamás cumplirían y después de un tiempo entendí que esas palabras ya las habían escuchado otras chicas, que con esas promesas ya habían soñado otras personas. Porque a veces no me decían lo que verdaderamente sentían, me decían lo que yo quería escuchar. Con el tiempo me di cuenta que no elijo que sentir y nadie lo hace, y que enamora la personalidad mas que lo físico. Aprendí que soñar es fácil y que antes de encontrar a esa persona que me haga feliz voy a caer mil veces, voy a escuchar mil promesas.